viernes, 12 de abril de 2013

Para ti.

No sé cómo, cuándo, ni por qué sucedimos.

Tampoco me interesa saberlo.

Sólo sé que en cuanto estuve entre tus brazos, supe que no te podía dejar pasar por alto.

Tus ojos sinceros, tu ligereza, tu picardía.
No sé qué me conquistó, sólo sé que mi corazón ya estaba harto de guardar tanto amor sin dueño,
y por eso llegaste tú.

A recordarme que las mejores cosas no se pueden planear, ni preveer.

A recordarme que a veces, es mejor dejarse caer, aunque no estés seguro si se abrirá el paracaídas.
Porque a veces, sólo a veces, puede haber alguien abajo para atraparte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario