lunes, 3 de diciembre de 2012

Oscuro.

En esta oscuridad
tu sonrisa es la única luz.

Escucho el sonido de tu risa
y de fondo las gotas de lluvia
que caen sobre el pavimento.

No eres más que un anhelo,
una idea vaga la cual no logro escribir.

¿Cómo escribirte,
si eres inmenso como el océano?

Es imposible encerrar la idea de ti en un papel.

Pero es lo único que me queda.

Intentaré crear una celda
con mis letras,
para que ya no te me escapes.

Porque estoy harta
de inventar historias
en las que te tengo a mi lado.

Estoy harta
de ver mi cama vacía,
de hacer sólo una taza de café,
de salir a caminar sin tener alguien
que camine a mi lado.

Así que si eres inmenso,
escribiré inmensos poemas.
Dibujaré tu cuerpo con mi tinta
y le daré vida a tus pensamientos
con mis palabras.
Mis versos serán tu comida
y la energía que te mantendrá vivo.

No te dejaré morir
aunque te tenga que escribir a diario
y en muchos idiomas.

Y el día que ya no pueda escribirte,

el día que se me acaben 
las palabras,
y los idiomas,
y las rimas.

Destruiré esta celda,
para que puedas volar
y ser los versos de alguien más.


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